Desde los orígenes de la humanidad, el instinto gregario ha llevado a las personas a organizarse en sociedades, evolucionando desde estructuras tribales hasta los complejos sistemas democráticos actuales. A medida que se fueron satisfaciendo las necesidades básicas, los seres humanos comenzaron a centrar su empeño en buscar un orden social óptimo, que asegurara una gobernanza justa y equitativa. Este proceso, que continúa en constante evolución, ha tenido un impacto particular en el trabajo de quienes integramos los organismos electorales. Sin pretenderlo, nos convertimos en actores esenciales en el desarrollo social y en guardianes de la democracia, con una responsabilidad monumental sobre nuestros hombros.

A través de los siglos, la toma de decisiones colectivas ha evolucionado hasta la democracia, la cual es hoy el sistema fundamental para canalizar la participación ciudadana, permitiendo a las personas expresar sus preferencias políticas y garantizando la representatividad en el gobierno. Sin embargo, este proceso enfrenta desafíos crecientes en un contexto global cambiante. En respuesta, la tecnología ha emergido como un aliado estratégico para mejorar la legitimidad, transparencia y eficacia de los procesos electorales. Al permitir una gestión más eficiente y segura de cada etapa del proceso de votación, las soluciones tecnológicas contribuyen a fortalecer la confianza ciudadana en el sistema democrático.

El reciente Congreso Internacional de Tecnología Electoral 2024 fue más que una plataforma técnica para compartir avances y novedades. Este congreso se transformó en un auténtico laboratorio de democracia, en el que cada presentación de experiencias nacionales reveló no solo logros tecnológicos, sino también la creatividad, la adaptabilidad y la resiliencia de los organismos electorales ante situaciones imprevistas. Desde desafíos técnicos hasta problemas logísticos, las soluciones expuestas demostraron que la verdadera fortaleza de nuestra región radica en su capacidad de adaptación y aprendizaje colectivo. Las experiencias compartidas en este congreso son más que anécdotas aisladas; constituyen un conocimiento acumulado que enriquece y fortalece la democracia en América Latina y el Caribe.

En este congreso se exploraron numerosas soluciones tecnológicas diseñadas para mejorar los sistemas electorales, resaltando la importancia de la infraestructura telemática nacional en cada país como un elemento clave para el óptimo funcionamiento de estas tecnologías. Sin un soporte robusto de comunicaciones sería imposible implementar algunas de las soluciones más innovadoras de manera efectiva, especialmente aquellas que requieren un acceso constante y seguro a redes de datos. A continuación, se detallan las principales etapas del proceso electoral y cómo la tecnología se ha integrado en cada una de ellas para hacer que las elecciones sean más inclusivas, transparentes y accesibles.

  1. Empadronamiento de la población:
    Uno de los aspectos fundamentales del sistema democrático es el registro de electores, o empadronamiento. En las últimas décadas, este proceso ha evolucionado de manera notable gracias a la incorporación de tecnologías biométricas. Estas tecnologías permiten garantizar que cada ciudadano registrado cuente con una identidad única y verificable, lo cual no solo aumenta la seguridad del sistema, sino que también incrementa la confianza pública en el registro de votantes. Al emplear datos biométricos como huellas dactilares, reconocimiento facial o, incluso, reconocimiento de iris, los sistemas de empadronamiento logran minimizar el riesgo de duplicidad (solo se ejercerá el sufragio en una ocasión por evento electoral) y asegurar que solo los ciudadanos elegibles puedan votar.
  2. Votación:
    El acto de votar es la esencia misma de la democracia, y este también ha sido objeto de importantes innovaciones tecnológicas. Las instituciones electorales en todo el mundo se esfuerzan por simplificar y hacer más accesible y seguro el proceso de votación, adaptándose a las necesidades cambiantes de sus ciudadanos.

    • En muchos países se han implementado sistemas de votación electrónica en centros de votación controlados. Estos sistemas permiten a los ciudadanos emitir su voto de manera rápida y segura, generando posteriormente un comprobante físico en papel que sirve como respaldo tangible y permite la auditoría de los resultados. Este respaldo físico es esencial, ya que garantiza que, en caso de cualquier disputa o error, exista una forma verificable de reconstruir los resultados de manera precisa.
    • Por otro lado, los avances en votación remota ofrecen una alternativa especialmente valiosa para aquellos que no pueden acceder físicamente a un centro de votación. Los sistemas de votación remota, bajo controles estrictos de seguridad y privacidad, permiten que los ciudadanos emitan su voto desde ubicaciones remotas, conservando la confidencialidad y la seguridad del proceso. En estos casos, el respaldo en papel puede reemplazarse por archivos digitales altamente seguros, que se almacenan y cuentan electrónicamente para garantizar la transparencia.
  3. Conteo de votos y transparencia:
    El proceso de conteo es una de las etapas más cruciales y sensibles en una elección, y la tecnología ha permitido que sea más rápido, preciso y transparente. Tanto en sistemas mixtos como en aquellos enteramente electrónicos, los métodos de conteo han sido diseñados para ofrecer la máxima transparencia pública. Cada etapa es auditable y rastreable sin comprometer el secreto del voto, lo que asegura la integridad del proceso. Estos sistemas de trazabilidad son esenciales para reforzar la confianza del público, ya que permiten una verificación completa de los resultados, minimizando así el riesgo de fraude o manipulación.
  4. Participación ciudadana y reducción del abstencionismo:
    Otro desafío crítico para la democracia es el abstencionismo. Para enfrentar este problema, las soluciones tecnológicas pueden desempeñar un papel fundamental. Al facilitar el acceso al voto y reducir las barreras a la participación, estas herramientas ayudan a motivar a más ciudadanos a involucrarse activamente en las elecciones. Además, una campaña de información adecuada sobre el uso de estas tecnologías es crucial para garantizar que el electorado se sienta seguro y confiado en el proceso. Con sistemas más accesibles y seguros, el objetivo es que los ciudadanos perciban que su voto cuenta y que el proceso es transparente y justo, promoviendo así una mayor participación cívica.

Conclusión: La tecnología está revolucionando la forma en que organizamos y ejecutamos las elecciones, pero su implementación exitosa depende no solo de los avances técnicos, sino también de la alineación con los marcos legales. Por este motivo, es fundamental que en eventos como el Congreso Internacional de Tecnología Electoral participen no solo expertos técnicos y autoridades electorales, sino también legisladores de cada país. La colaboración entre quienes desarrollan y aplican la tecnología y quienes legislan sobre ella es crucial para asegurar que las nuevas herramientas se integren de manera efectiva y segura en cada contexto nacional.

Por la realización de este Congreso Internacional de Tecnología Electoral 2024, se merecen un reconocimiento especial el Tribunal Electoral de Panamá y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos y su programa Centro de Asesoría y Promoción Electoral (IIDH-CAPEL), no solo por su excelente organización, sino por su compromiso con el fortalecimiento de la democracia en toda la región. Este congreso no se limitó a ser una exposición de avances técnicos; fue una manifestación de voluntad democrática y colaboración regional. Al crear espacios de encuentro y aprendizaje mutuo, se fortalece el crecimiento de la semilla que germinó con la creación de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE).

Imaginemos el impacto de una entidad de esta naturaleza con el impulso del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (IIDH-CAPEL), al que se agregaría la fuerza de los Estados miembros para que actúe como centro de conocimiento compartido y asistencia mutua. Esta organización podría brindar apoyo técnico en situaciones de emergencia, compartir recursos tecnológicos y movilizar la experiencia electoral de los países miembros en momentos críticos. Además, una red de colaboración como esta permitiría a las naciones de América Latina y el Caribe enfrentar los desafíos comunes con una respuesta coordinada y fortalecida, desde la implementación de tecnologías avanzadas hasta la gestión de crisis en momentos electorales.

Por esta razón, es imperativo alentar a los organismos electorales de la región a continuar organizando estos espacios de intercambio y a formalizar una red de colaboración electoral permanente a nivel continental. La democracia en América es una construcción colectiva, y cada esfuerzo de cooperación fortalece nuestras instituciones y sistemas electorales, creando una integración más profunda y significativa en beneficio de nuestros pueblos.

Roberto Pérez

Director de Infotecnología

Tribunal de Justicia Electoral de Honduras

 

 

Bibliografía Recomendada

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    • Álvarez, R. Michael, Hall, T. E., & Hyde, S. D. (2008). Election Fraud: Detecting and Deterring Electoral Manipulation. Brookings Institution Press. Un análisis exhaustivo sobre las prácticas de fraude electoral y cómo la tecnología puede ayudar a detectar y prevenir irregularidades en los procesos electorales.
    • Oficina Nacional de Procesos Electorales (onpe) (2012). Historia del voto electrónico en el Perú (2005-2012) se relatan los diversos procesos por los cuales pasó la onpe en la aplicación de esta nueva forma de votación en el Perú. De esta manera, el lector interesado en la tecnología aplicada a los procesos electorales conocerá los diversos caminos tomados por la institución para la consecución de este fin en el país.
    • Inter-American Development Bank (IDB) (2020). Democracy and Digitalization in Latin America and the Caribbean: Challenges and Opportunities. Informe sobre el impacto de la digitalización en las democracias de la región, proporcionando estudios de caso y recomendaciones para fortalecer los sistemas electorales.
    • International Biometrics + Identity Association. (2019). Principles Biometric Data Security and Privacy.
    • International Institute for Democracy and Electoral Assistance (IDEA) (2022). The Global State of Democracy Report 2022: Forging Social Contracts in a Time of Discontent. Este reporte global aborda los problemas de legitimidad democrática y cómo la tecnología puede influir en la confianza pública.
    • Organización de los Estados Americanos (OEA) (2023). Tecnologías en Procesos Electorales: Guía de Buenas Prácticas para Países de América Latina y el Caribe. Guía oficial de la OEA sobre el uso de tecnologías en elecciones, enfocándose en buenas prácticas para implementar sistemas confiables y auditables.
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    • Dunbar, R. I. M. (1996). Grooming, Gossip, and the Evolution of Language. Harvard University Press. Dunbar analiza el papel del instinto gregario en la comunicación y la cohesión social, explicando cómo estos aspectos han sido fundamentales en el desarrollo de las estructuras sociales.
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    • Elias, N. (2000). The Civilizing Process: Sociogenetic and Psychogenetic Investigations. Blackwell Publishing. Clásico en estudios de sociología, analiza cómo las sociedades han evolucionado y se han organizado alrededor de normas sociales que permiten la convivencia y la cooperación, sentando las bases para la gobernabilidad.

Tomasello, M. (2019). Becoming Human: A Theory of Ontogeny. Harvard University Press. Tomasello presenta una perspectiva evolucionista sobre cómo los seres humanos desarrollaron una inclinación natural para la cooperaci