La democracia al fin y al cabo se distingue justamente por garantizar la participación de todas las personas que integran una comunidad; y en la práctica esto implica cultivar y defender espacios para la mujer en el acontecer político de nuestras naciones.

Partiendo de esa idea es claro que sin la participación de la mujer no hay democracia; de ahí es que nace la importancia de eventos como el Foro Avances y Perspectiva de los Derechos Políticos de las Mujeres en la Región del SICA, que sin duda fortalecerá nuestros procesos democráticos y fomentará la incursión de la mujer en cargos de elección popular. Esto a su vez renovará y revitalizará nuestras tradiciones democráticas, y es que los grandes avances de nuestros países se cosechan a partir de los consensos y metas que se materializan en actividades como esta.

Nos reunimos ciudadanos de Centroamérica y el Caribe porque el futuro es hoy, y nos llama a encontrarnos, no solo por el objetivo de la integración de nuestros países, sino porque reconocemos que para que esa integración se dé es necesario contar con mujeres participando en calidad de líderes de sus comunidades, sin ser violentadas o discriminadas por su género.

Me gustaría aprovechar esta oportunidad para compartir con ustedes las experiencias del equipo del Tribunal Electoral y algunos de los avances que Panamá ha alcanzado en esta materia.

Desde el inicio de mi periodo, he procurado hacer de la participación de la mujer en la política uno de los dos ejes transversales en mi agenda de trabajo. El otro, el uso de nuevas tecnologías para perfeccionar los procesos democráticos.

En cuanto a lo primero, los resultados del informe Atenea nos han demostrado que los grandes cambios sociales son posibles y que vistos a largo plazo alcanzaremos nuestro objetivo.

Este mecanismo nos permite identificar las áreas donde debemos accionar, prestando especial atención a las leyes y compromisos nacionales que garanticen la igualdad; las garantías que podamos ofrecer en cuanto al ejercicio del sufragio; cerrar la brecha que existe en la representación en posiciones clave, tanto en los órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial; la igualdad de condiciones dentro de los partidos políticos, y, por último, la presencia de mujeres en cargos electos en gobiernos locales como alcaldías y corregimientos.

 

Panamá ha participado ya de dos ediciones del informe Atenea. La primera instancia, en el 2015, nos permitió establecer un diagnóstico base sobre el actuar y mejorar. Es así como en el 2020 logramos subir el puntaje de Panamá a 15 puntos, alcanzando un índice total de 52.

Entre las acciones que nos ayudaron a mejorar, vale destacar las siguientes:

  • La inclusión de una ley en contra de la discriminación.
  • Se aumentó el porcentaje de mujeres que ocupan cargos ministeriales en el Órgano Ejecutivo.
  • Se aumentó el porcentaje de mujeres que se candidatizaron para ocupar cargos en la Asamblea Nacional.
  • Subió el número de mujeres electas como titulares en el Órgano Legislativo, así como la cantidad de mujeres integrantes de mesas directivas y presidentas de direcciones.
  • Aumentó el porcentaje de juezas y magistradas en el sistema de justici
  • Por último, más mujeres ocupan cargos ejecutivos de alto nivel en los partidos políticos.

No hay duda de que aún queda mucho camino por recorrer y que cada uno de los espacios ganados debe ser protegido para garantizar una plataforma para las próximas generaciones. Una de las maneras en las que nosotros, desde el Tribunal Electoral, proponemos defender estos espacios políticos y fomentar un aumento en la participación de la mujer es haciendo uso de las herramientas tecnológicas. Al poner la tecnología al servicio del fortalecimiento de la participación de la mujer y de otros grupos sectoriales, hacemos democracia. Soluciones como un Centro de Atención al Usuario, la página web “¿Dónde está mi Cédula?”, los Quiscos Multiservicio y el gestor de citas presenciales hacen más fácil que los ciudadanos hagan ejercicio de sus derechos políticos, removiendo obstáculos que pudieran coartar su participación.

Debemos reconocer que estamos en los albores de una nueva era de democracia participativa, con nuevos paradigmas y retos. Y para acompañar a nuestras sociedades en este proceso debemos transformar nuestras instituciones, volviéndonos facilitadores de los procesos democráticos, garantizando transparencia e imparcialidad en la administración de la justicia electoral y la organización de los procesos de elección popular. Esto a su vez debe dar por fruto una nueva generación, que confíe en los procesos electorales de nuestros países, dándole nueva vida a nuestras democracias.

 

Alfredo Juncá Wendehake

Magistrado del Tribunal Electoral de Panamá, director de la revista Mundo Electoral, promotor del Pacto Ético Digital, primera iniciativa ética para el uso de internet y redes sociales en procesos electorales, y del CEMD, primer Centro de Monitoreo y Estudio de Medios Digitales en materia electoral de Latinoamérica. Presidente de la Comisión Nacional de Reformas Electorales.

Ha participado en distintos eventos electorales en la región en calidad de observador internacional y ha representado a Panamá en diversos foros internacionales.

Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Panamá. Máster en Administración de Empresas (MBA), con especialidad en Comercio Internacional, por la Universidad Católica Santa María La Antigua de Panamá. Máster en Derecho Electoral por la Universidad de Castilla-La Mancha de España. Diplomado en Derechos Políticos en la Administración Electoral por la Universidad de Panamá.

Magistrado Alfredo Juncá Wendehake, durante su ponencia en el foro Avances y Perspectiva de los Derechos Políticos de la Mujer en la Región del SICA.